jueves, 4 de febrero de 2010

Primer cuento de hada...


Andrea miraba nerviosa a su alrededor, y al comprobar que quién su vista captaba todo el día en aquel pasillo bajó la mirada.
Respiró hondo y comenzó su lento pero elegante y grácil caminar.
En una mano llevaba una pintorreada carpeta, la cual también se apoyaba en su pecho. Allí donde la gente veía una chica con una carpeta, ella veía el mejor de los escudos.
Jugueteaba con su pelo, tranquila. Su compás de respiración era pausado casi rítmico.
Algo la detuvo en seco, tan secamente que cualquiera hubiera jurado que el tiempo se paró y Cronos la convirtió en piedra.
Llamó a la puerta conteniendo el aliento, y con un agudo -"Se puede"-esperó a que el profesor le contestara.
-Adelante.
Cogió aire, cerró los ojos y entró en aquella clase.
Era un aula como otra cualquiera, gente que cuchicheaba, sonreía y tiraba pequeñas bolitas de papel. Andrea se acercó al profesor, y mientras él le explicaba su tarea, ella recorría la clase con la mirada. Un golpe seco a su vera la devolvió al mundo real...
...Donde le espera una gigantesca montaña de papeles y más papeles en la mesa del profesor.
-Necesito que reparta esto por todos los institutos de la zona oeste.
Andrea tragó sonoramente, echaba de menos los trece y los catorce, entonces sólo tendría que haberlos entregado por el instituto; pero ahora, a los dulces dieciséis , tenía que hacerlo por toda la zona. Encima como no tenía vehículo de transporte, tendría que ir en autobús.
Aquel iba a ser un día muy largo.
-Pero necesitará ayuda-el profesor tanteo la clase con la mirada y cogió a un chico de cabellos rizados e intensos y almendrados ojos verdes-Señor Pablo, vaya usted, como delegado es su obligación.
Andrea metía todos los papeles en sus mochila sin creerse la suerte que tenía.
Cuando ya lo hubo hecho, intentó levantar la pesada mochila y cargarla a su espalda, pero alguien más fuerte que ella se lo impidió. Su príncipe azul, le quitó la mochila de las manos y la cargó en su hombro.
Salieron del aula y cerraron la puerta de la clase.
-¿Cómo te llamas?-preguntó él.
-Andrea-contestó ella sin apartar la vista del suelo-¿Y tú?- preguntó, aunque sabía de sobra la respuesta.
-Pablo-luego sonrió y añadió- pero creo que tu amiga Ana me llama "Soso".
Andrea maldijo a su amiga por lo bajo, ella era conocida suya, y siempre que hablaban le llamaba "Soso".
-Oye Andrea...-dijo cuando salieron del instituto- si no te importa iremos en moto, es que así iremos más rápido-se justificó.
Andrea asintió nerviosa, nunca había ido en moto y no le hacía mucha gracia hacerlo ahora.
Pablo la llevo entre los coches hasta una Scouter negra personalizada. Cogió la mochila y la metió bajo el asiento del conductor.
-Si te digo la verdad..- empezó Andrea-..nunca he montado en moto.
El sonrió.
-No pasa nada, solo agárrate fuerte ¿vale?
Andrea asintió, mientras se ponía el casco que le había dado. Luego se montó tras él en la moto.
-¿Lista?-preguntó su voz a través del casco.
-Por el momento-susurró ella antes de que el motor ronronease y el ciclomotor arrancase.
Asustada, Andrea se agarró fuertemente al torso de Pablo.
(* * * * * *)
Final del día. El sol baña cada rincón del instituto.
-Ha sido divertido-sususrró él.
-Sí, supongo-dijo ella las risas que se habían pegado aquel día.
-Ya quedaremos-es su forma de despedirse.
(* * * * * *)
Dos horas más tarde, una pegadiza melodía suena y resuena en la casa deAndrea.
Y esta, antes de responder la llamada, mira el quién la llama.
"Pablo"


¿Final feliz? Si, supongo que sí.





Dedicado a Magali, que se lo merece.

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